Introducción
Bienvenidos a «Voces y Miradas de los Pueblos Indígenas de Antioquia», una exposición fotográfica y sonora que invita a sumergirse en la profundidad cultural y la autenticidad de seis distintos pueblos indígenas de esta región: Embera Chami, Embera Dobida, Nutabe, Eyabida, Gunadule y Senú.
A lo largo de un extenso recorrido por estas comunidades, hemos tenido el privilegio de explorar sus estilos de vida, costumbres y tradiciones, descubriendo la riqueza de su herencia cultural. Cada fotografía y sonido capturados en este viaje nos ofrecen una ventana a la esencia misma de estos pueblos. Esta experiencia ha sido más que un simple viaje; ha sido un encuentro revelador que nos ha permitido comprender la vital importancia de preservar y valorar estas comunidades indígenas, que son guardianes de conocimientos ancestrales y pilares fundamentales de la diversidad cultural de Antioquia. Acompáñennos en este viaje de descubrimiento y reflexión, donde estos seis pueblos indígenas nos invitan a apreciar y honrar su legado, y a reconocer la importancia de su presencia en el tejido social y cultural de nuestra región.
Embera Chamí (Indígena del Maíz) Resguardo Indígena Marcelino Tascon se encuentra ubicado en el municipio de Valparaíso, Antioquia, Colombia. Una comunidad indígena que conserva su cultura, tradiciones y formas de vida ancestrales, este resguardo es un espacio importante para la vida de la comunidad Embera Chamí, donde pueden desarrollar sus actividades culturales, económicas y sociales de acuerdo con sus propias costumbres y tradiciones.
Embera Dobida
Los Emberas Dobida (indígena del rio), son residentes del Resguardo Indígena Jarapetó, situado en el municipio de Vigía del Fuerte, Antioquia, Colombia. Su modo de vida gira en torno a la pesca y la agricultura, dos actividades fundamentales para su subsistencia y desarrollo. La pesca en los ríos circundantes proporciona alimentos básicos, mientras que la agricultura les permite cultivar productos diversos para complementar su alimentación y generar ingresos adicionales. Entre las prácticas culturales más arraigadas de los Emberas Dobida se encuentra el uso y la fabricación de la champa, una embarcación tradicional elaborada principalmente con materiales naturales como madera y fibras vegetales. La champa desempeña un papel crucial en sus vidas, ya que les permite navegar por los ríos de manera eficiente para la pesca, el transporte y otras actividades relacionadas con el agua. Para los Emberas Dobida, la conexión con el río y su entorno natural es fundamental no solo para su sustento material, sino también para su identidad cultural y espiritual. Su estilo de vida está profundamente arraigado en la armonía con la naturaleza y el respeto por el ecosistema del río, que consideran sagrado y vital para su existencia como pueblo indígena.
Embera Eyabida
Los Embera Eyabida (indígena de la selva) del resguardo Jaidukama en el municipio de Ituango, Antioquia, mantienen una rica herencia cultural que se remonta a sus ancestros. Desde tiempos inmemoriales, sus tradiciones y conocimientos han sido transmitidos de generación en generación, preservados por sus mayores y ancianos. Su forma de vida se desenvuelve en armonía con la naturaleza, basada en la caza, la pesca, la agricultura y la artesanía, actividades que son fundamentales para su subsistencia y los conectan profundamente con su entorno. La vestimenta de los Eyabida se distingue por el predominio del color rojo, que simboliza y honra la memoria de sus antepasados que fueron víctimas de la violencia y el conflicto. Este color representa la sangre derramada de aquellos que fueron asesinados, y así, a través de su indumentaria, mantienen viva su memoria y su legado. La identidad de este pueblo Embera Eyabida está arraigada en estas prácticas ancestrales y en el respeto por su tierra y sus tradiciones. Siguen siendo guardianes de su cultura, trabajando para preservarla y transmitirla a las futuras generaciones.
Gunadule
Los Gunadule del Resguardo Indígena Caimán Nuevo, ubicado en el municipio de Turbo, Antioquia, Colombia, son conocidos por su rica tradición de tejidos, destacando la mola, (vestido tradicional) y el wini, (pulseras elaboradas con chaquiras que adornan manos y pie). Esta comunidad también se extiende a territorio panameño, manteniendo así una presencia cultural arraigada en ambas naciones. Su sustento proviene principalmente de la agricultura y de la artesanía, actividades que no solo les proveen de medios de vida, sino que también fortalecen su conexión con las creencias y tradiciones ancestrales. Esta conexión cotidiana con sus raíces culturales impulsa sus actividades comunitarias y contribuye a la preservación de su herencia cultural. Además, los Gunadule mantienen una estrecha relación con la naturaleza, en la que no son simplemente observadores externos, sino partes integrantes de un sistema en equilibrio. Para ellos, la Madre Tierra no es solo un entorno, sino un ser vivo del cual forman parte inseparable. Esta relación simbiótica con la naturaleza influye en todas sus actividades, promoviendo la conservación y el respeto por el entorno natural que los rodea.
Los Nutabe, una comunidad indígena ancestralmente arraigada en la región de Orobajo, ubicada sobre el cañón del río Cauca en el municipio de Sabanalarga, Antioquia, Colombia, se vieron obligados a abandonar su territorio debido al proyecto hidroeléctrico de Hidroituango. Este proyecto desplazó a los Nutabe de su hogar tradicional y los condujo hacia el sector de Los Galgos, en Ituango, Antioquia. A pesar de los desafíos y la pérdida de su territorio, los Nutabe persisten en su lucha por preservar su identidad cultural y reclamar sus derechos territoriales. Su resistencia se centra en la búsqueda de ese rescate cultural y la reafirmación de su conexión con la tierra que ancestralmente han habitado. Históricamente, los Nutabe se dedicaron principalmente a las técnicas de la minería artesanal, una práctica arraigada en su cultura y forma de vida. Aunque ahora se encuentran en un entorno diferente, realizando labores diferentes. Muchas de las personas que conforman la comunidad son barequeros, es decir, practicaban la extracción manual de oro del rio Cauca, algunos se dedicaban a la pesca y la agricultura como medios de subsistencia complementarios. A pesar de los desafíos y las dificultades que han enfrentado, los Nutabe continúan resistiendo y luchando por el reconocimiento de sus derechos territoriales y la preservación de su cultura ancestral, manteniendo viva su herencia y aspirando a un futuro en el que puedan vivir en armonía con su entorno natural y cultural.
Senú
Los Senú de resguardo Los Almendros, ubicado en el municipio del Bagre, Antioquia, representan una parte significativa de la riqueza cultural y artesanal de Colombia. Aunque originarios de los resguardos de San Andrés de Sotavento, en el Departamento de Córdoba, su presencia se extiende a diversos municipios de Antioquia. Estos hábiles artesanos han dedicado años de trabajo y dedicación a la transformación de la caña flecha en objetos de una calidad estética excepcional. Entre estas creaciones se destaca el icónico sombrero «vueltiao», que con el paso del tiempo se ha convertido en un símbolo emblemático de la colombianidad, contribuyendo así a la configuración de su propia identidad cultural. La agricultura y la artesanía son las principales actividades económicas y sociales en el resguardo, generando beneficios significativos tanto a nivel económico como en la cohesión social de la comunidad. A través de estas prácticas, los Senú no solo preservan sus tradiciones ancestrales, sino que también contribuyen al enriquecimiento del patrimonio cultural de Colombia.